mayo 19, 2021

ARTÍCULO

«CAPITALISMO DE LIBRE MERCADO», EN EL BOLSILLO DE LAS MEXICANAS

El saldo de la política económica de este gobierno no podría ser más negativo en especial en lo que concierne a su austeridad en los recursos destinados al apoyo de la población por efectos de la pandemia.  La menguada clase media crece en pobreza y la inversión privada sigue en huelga, brilla por su ausencia sin que la 4T logré atraerla seriamente.

Se acentúa la concentración del ingreso; la pobreza femenina y las enormes desigualdades de género se vuelven algo todavía más normalizado, como si eso fuera posible, sumado a un crecimiento muy importante de la pobreza extrema.

En este escenario la novedad inmediata es la inflación, el azote de las mujeres en pobreza y de la población en general. El Banco de México (Banxico) dice que es temporal y pronto se recuperará un nivel de 3-4 por ciento. Mientras lo caído, caído está en el bolsillo, justo cuando “el horno no está para bollos” y nunca ha estado.

Los precios de la canasta básica van en aumento y por primera vez desde que inició este gobierno el salario real disminuye, la inflación reportada en abril por el Inegi (6.06 por ciento) rebasa con creces la meta establecida por Banxico. El índice de precios no subyacente aumentó 12.34 por ciento anual.

Se recuerda que la inflación subyacente se obtiene al eliminar del cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien aquellos cuyo proceso de determinación no responde a condiciones de mercado.

Así, los grupos que se excluyen en el indicador subyacente son los siguientes: agropecuarios y energéticos, y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno. Pero volátiles o no, el consumidor paga porque paga.

Ya en el mes de marzo el INPC fue de 4.67 superior a la meta prevista, con una subyacente más alta. Por su parte las cifras del  Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) en ese mismo mes fue alto (6.28), con 9.03 por ciento en actividades secundarias que incluye industria, este nivel de precios al productor forzosamente tiene un efecto negativo en los precios del consumo.

Revisando algunos productos del grupo de alimentos en abril también creció mucho la inflación: jitomate (26.09); aguacate (29.46) y chile serrano 41.75 por ciento. El impacto en canasta básica y bolsillo es muy negativo y ya estaba presente en los meses anteriores.

Además al analizar el comportamiento del INPC por objeto del gasto del último reporte de Inegi se aprecia claramente que los aumentos de precios anualizados más relevantes se ubican en: educación y esparcimiento; salud y cuidado personal seguido de alimentos bebidas y tabaco.

Y al comparar las cifras anualizadas con las correspondientes al periodo diciembre 2020-abril 2021 el resultado es peor. Educación y esparcimiento creció a más del doble y en el caso de alimentos, bebidas y tabaco pasó de un índice de 2.67 a uno de 6.08, implica un crecimiento porcentual en los precios en estos productos de 3.41 puntos porcentuales.

Prácticamente todos los renglones de la clasificación por objeto del gasto presentan incrementos porcentuales con estas características, muy altos (veáse gráfica).